jueves, 27 de diciembre de 2018

El PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO.


PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO



¿Que es el conocimiento sensible? ¿Y el intelectual? ¿Cual es el punto de partida de todo conocimiento ? ¿Puede entrar en contacto el entendimiento directamente con la forma? ¿Como captamos la realidad de una sustancia? ¿Que dos tipos de entendimiento distingue Aristóteles? ¿Hay diferencias entre la teoría de Aristóteles con la de Platón? ¿Coinciden Platón y Aristóteles en algún punto?



De un modo general podemos entender por conocimiento todo saber que se puede justificar racionalmente y que es objetivo. En este sentido distinguimos el conocimiento de la mera opinión, de la creencia, de la fe o de las ilusiones de la imaginación. De acuerdo con su visión, Aristóteles piensa que sólo hay conocimiento intelectual en la medida en que hay conocimiento sensible que deriva directamente de la sensación y es un tipo de conocimiento inmediato y fugaz, desapareciendo con la sensación que lo ha generado. El conocimiento sensible es propio de los animales inferiores. En los animales superiores, sin embargo, al mezclarse con la memoria sensitiva y con la imaginación puede dar lugar a un tipo de conocimiento más persistente. Ese proceso tiene lugar en el hombre, generando la experiencia como resultado de la actividad de la memoria, una forma de conocimiento que, sin que le permita a los hombres conocer el porqué y la causa de los objetos conocidos, les permite, sin embargo, saber que existen, es decir, la experiencia consiste en el conocimiento de las cosas particulares.



El conocimiento intelectual es la actualización de lo universal que se encuentra en potencia en el conocimiento sensible. Lo universal, dirá Aristóteles, se obtiene de lo particular mediante la abstracción: cuando el hombre capta a través de los sentidos algún objeto, se forma en su fantasía (imaginación) una imagen del mismo. En esa esa imagen se recoge su materia;   la forma, lo universal, se encuentra en ella sólo en potencia. Pero el entendimiento agente vuelca su actividad sobre esa imagen, que se encuentra en la fantasía y consigue desmaterializarla, descubriendo así la forma, es decir, lleva al acto la universalidad que se encuentra en potencia en la imagen. Una vez realizado esto, el mismo entendimiento agente pasa la forma al entendimiento pasivo o paciente, y éste conoce lo universal. Según Aristóteles, el entendimiento pasivo es claramente individual y muere con el hombre; sin embargo, la naturaleza del entendimiento agente queda oscura en su obra, como si fuera supraindividual e, incluso, inmortal. Para Aristóteles, el conocimiento puede ser conocimiento de dos temas: puede ser conocimiento de lo necesario e inmutable (saber teórico), y  puede ser conocimiento de lo contingente (saber práctico, moral o político)



El conocimiento sensible es, pues, el punto de partida de todo conocimiento, que culmina en el saber. Y Aristóteles distingue en la Metafísica tres tipos de saber: el saber productivo, el saber práctico y el saber contemplativo o teórico. El saber productivo que es el que tiene por objeto la producción o fabricación, el saber técnico. El saber práctico  remite a la capacidad de ordenar racionalmente la conducta, tanto pública como privada. El saber contemplativo representa la forma de conocimiento más elevado, que conduce a la sabiduría.



El punto de partida del conocimiento lo constituyen, pues, la sensación y la experiencia, que nos pone en contacto con la realidad de las sustancias concretas. Pero el verdadero conocimiento es obra del entendimiento y consiste en el conocimiento de las sustancias por sus causas y principios, entre las que se encuentra la causa formal, la esencia. Al igual que para Platón, para Aristóteles conocer, propiamente hablando, supone estar en condiciones de dar cuenta de la esencia del objeto conocido. De ahí que el conocimiento lo sea propiamente de lo universal, de la forma o de la Idea. Pero para Aristóteles la forma se encuentra en la sustancia, no es una entidad subsistente, por lo que es absolutamente necesario, para poder captar la forma, haber captado previamente, a través de la sensibilidad, la sustancia.
El entendimiento no puede entrar en contacto directamente con la forma; cuando el hombre nace no dispone de ningún contenido mental, por lo que entendimiento no tiene nada hacia lo que dirigirse: es a través de la experiencia cómo se va nutriendo el entendimiento de sus objetos de conocimiento, a través de un proceso en el que intervienen la sensibilidad, la memoria y la imaginación. Mediante la acción de los sentidos, en efecto, captamos la realidad de una sustancia, de la que, mediante la imaginación, elaboramos una imagen que contiene los elementos materiales y sensibles de la sustancia, pero también los formales. Es sobre esta imagen sobre la que actúa el entendimiento, separando en ella lo que hay de material de lo formal.
Aristóteles distingue dos tipos de entendimiento, el agente y el paciente; el entendimiento entra en contacto con la imagen sensible; el entendimiento agente realiza propiamente la separación de la forma y la materia, quedándose con el elemento formal que expresa a través de un concepto en el que se manifiestan, por lo tanto, las características esenciales del objeto.
Para ser más claros y que se entienda mejor, el conocimiento comienza por los sentidos. Tenemos vista, olfato, gusto y tacto, a través de los cuales captamos un objeto. Por ejemplo: Delante de mí tengo ahora una silla . En primer lugar la veo, la palpo y se que es una silla (no hace falta que chupe la silla ni que la empiece a oler.) A través de los diferentes sentidos capto una información sobre la silla y esa información la unifico mediante el sentido común. El sentido común será por tanto el agente que unifica el conocimiento que he obtenido por los diferentes sentidos. Gracias a la imaginación podemos elaborar una imagen del objeto percibido y gracias a la memoria podemos retener esa imagen que hemos creado, de lo contrario la olvidaríamos. Aristóteles piensa que en este punto es donde interviene el entendimiento agente. Este, será capaz de abstraer el universal, la categoría del objeto. Es una especie de “chivato” que nos dice que ese objeto particular que tengo yo delante (la silla) pertenece a una categoría más general, el universal en este caso sería la silla. Por último, tenemos el entendimiento paciente, que ya he explicado anteriormente. Este, a partir de ahora, sabrá identificar que ese objeto que tenemos delante pertenece a la categoría silla. En algún momento Aristóteles indica que, del mismo modo que nuestra sensibilidad ve los objetos gracias a la luz, el intelecto paciente capta las formas  gracias a la luz que aporta el intelecto agente

Aristóteles y Platón presentan grandes diferencias, tanto respecto al valor atribuido al conocimiento sensible, como respecto a la actividad misma del entendimiento que para Platón ha de ser necesariamente discursivo, mientras que para Aristóteles resulta imposible llegar a conocer los universales sin la experiencia sensible que para Platón es aparente; además, Aristóteles rechaza explícitamente el innatismo del conocimiento, y nos lo presenta como el resultado del aprendizaje, es decir, por la coordinación racional de los elementos procedentes de la sensación, a través de la experiencia. Coinciden, sin embargo, en la consideración de que el verdadero conocimiento ha de serlo de lo universal, y no de los objetos singulares.

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